Fráncfort: De «Bankfurt» a Centro Cultural
Banca y Negocios
Fráncfort, la capital financiera de Alemania, cuenta con un impresionante horizonte dominado por rascacielos. El distrito bancario incluye las icónicas torres gemelas del Deutsche Bank, la Euro Tower y la futurista sede de Commerzbank, diseñada por el renombrado arquitecto Norman Foster. Este rascacielos de 985 pies cuenta con nueve jardines de invierno en espiral y ventanas que realmente se abren, lo que le valió la distinción de ser el primer rascacielos ecológico del mundo.
Cultura y las Artes
En la década de 1980, Fráncfort se embarcó en una transformación cultural, despojándose de su imagen de «Bankfurt». Hoy en día, es un próspero destino de arte y cultura. Nueve museos bordean las orillas del río Main, mostrando arquitectura, cine, culturas del mundo y arte europeo. El histórico Romerberg, la plaza principal de la ciudad, está rodeado de lugares emblemáticos como el Ayuntamiento, con su Salón Imperial donde fueron coronados los emperadores del Sacro Imperio Romano.
Fráncfort antes y después de la guerra
Saalgasse, justo al lado de la plaza principal, ofrece una visión del pasado de Fráncfort antes de la Segunda Guerra Mundial. Arquitectos famosos de todo el mundo fueron comisionados para diseñar nuevos edificios en esta calle, reflejando las estructuras que existían allí antes de la guerra. El resultado es una calle de edificios posmodernos que se hacen eco de sus predecesores.
La Catedral de San Bartolomé, el lugar de coronación de los emperadores del Sacro Imperio Romano, también cuenta una historia del Fráncfort anterior y posterior a la guerra. Durante la guerra, todo lo de valor fue trasladado a un lugar seguro, pero la Capilla de María Durmiente era demasiado grande para moverla. En cambio, fue fortificada con sacos de arena, y milagrosamente, el retablo y las vidrieras sobrevivieron. El resto de la catedral fue destruida, pero luego fue reconstruida y reabierta en 1955.
Conexiones literarias e históricas
Fráncfort es el lugar de nacimiento de los gigantes literarios Johann Wolfgang von Goethe y Anne Frank. La Casa de Goethe, donde Goethe pasó su infancia, es ahora un museo amueblado como lo estaba a mediados del siglo XVIII. La ciudad también tiene un próspero Museo Judío, ubicado en el antiguo Palacio Rothschild, que cuenta la historia de la población judía de Fráncfort, incluida la adinerada familia Rothschild.
Comida y bebida
Para una experiencia tradicional de Fráncfort, dirígete a Sachsenhausen, el distrito de pubs de vino de manzana de la ciudad. Este encantador barrio alberga más de cien pubs de vino de manzana, donde se puede degustar esta bebida local, que se ha disfrutado en la región durante más de 1.200 años. El Apfelwein, similar en fuerza a la cerveza, se sirve especiado y caliente en invierno y frío en verano. Acompaña tu bebida con platos tradicionales de Fráncfort como salchichas o chuletas de cerdo con chucrut.
Una ciudad moderna con encanto histórico
Fráncfort es una ciudad de contrastes, donde los imponentes rascacielos coexisten con pintorescas calles empedradas. De lo sórdido a lo sublime, del distrito financiero a la escena artística y cultural, hay algo para todos en Fráncfort. Si bien puede que no tenga el encanto del viejo mundo de otras ciudades alemanas, Fráncfort ofrece una visión de la Alemania moderna, un país que ha abrazado tanto la tradición como la innovación. Entonces, ya sea que seas un viajero con presupuesto limitado que busca un centro conveniente o un entusiasta de la cultura que busca gemas escondidas, Fráncfort es una ciudad que vale la pena explorar.